miércoles, 19 de marzo de 2014
Vuelta a los origenes
Como suele ser habitual en mi, hoy reflexiono sobre un tema que a estas alturas aún no interesa mucho a nadie. Mis fans dirían que son entradas atemporales, ya que para eso son los fans, para animar a la gente.
Últimamente me he aficionado a bucear por las redes intentando imbuirme del sentir de las lesbianas actuales, es decir, que veo video blogs, leo revistas dirigidas a mujeres que tienen interés en otras mujeres, sigo por Twitter a tod@ aquella que se refiera a bollos, hasta el punto de seguir a alguna que otra repostera por error, vaya, que pretendo "estar a la última".
Una de las conclusiones a las que he llegado pasa por la alegría y la valentía con la que se habla de muchos temas, la cantidad de gente que esta haciendo un esfuerzo por normalizar y visualizar a las lesbianas, compartiendo novedades cinematográficas, literarias y artísticas en general y la avidez con la que un público cada vez más novedoso se interesa y apasiona por todos estos temas.
Aunque detecto que sobre todo entré las más jóvenes, como ha pasado siempre, no es novedad lo que voy a compartir, que pese a que en nuestro país es algo más natural que en otros lugares hablar de estos temas, estamos muy muy lejos de que el resto de la sociedad lo encuentre normal. Si bien es cierto que las primeras que nos tenemos que aceptar somos las propias interesadas.
Escuchaba en una conversación entre dos jóvenes que tendrían menos de 20 años, que estaban deseando que el día del orgullo gay (LGTB para los amigos) llegara para disfrutar de la fiesta que se montaba alrededor de este evento.
No es ninguna crítica, ya que yo soy la primera que aprovecho esa excusa para beber, disfrutar, y si se tercia ligar y todo!!! Entendamonos, si es complicado en ocasiones encontrar lesbianas, si además se reúnen todas y tienen ganas de fiesta, como resistirse.
Pero un poco más allá de todo eso, creo que este año sería un buen momento para desempolvar nuestra faceta más activista y recordarle al mundo lo egoístas que podemos llegar a ser cuando no hemos protestado ni boicoteado lo suficiente a Rusia en sus Juegos Olímpicos en los que se ha jactado en diversas ocasiones de lucir la homofobia como estilo de vida. Y no es más que un ejemplo, ya que existen aún muchos países en los que somos perseguidos.
En fin, esa es mi reflexión a día de hoy, intentare que mi día del orgullo sea cada día (no solo por lo de la fiesta, claro) y a ser algo más activistas, que aunque creamos que ya lo tenemos todo, no hemos hecho más que empezar.
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