La educación. Eso es la clave de todo.
Cuando un ser humano adquiere conocimientos a lo largo de su vida, va fortaleciendo su mente y su espíritu. La mejor forma de que alguien pueda elegir es darle opciones, todas las opciones, hasta las que parezcan imposibles. La vida es como un lienzo en blanco que debemos ir coloreando, y depende de los colores que te den resultará muy alegre y colorista o monótono si solo nos dieron gris y negro. Así es tambien nuestra mente. ¿Quién dijo que los niños hay cosas que no pueden comprender? Si les enseñas a pensar por si mismos relacionando conceptos, explicándoles todos los puntos de vista de un mismo problema, seguramente llegarán a una solución directa y sencilla, exenta de vergüenzas, convencionalismos sociales, egoísmos. Pero desgraciadamente no se nos enseñó a elaborar un pensamiento crítico, sino a obedecer, a competir entre nosotros para llegar a ser el o la mejor.
Y yo me pregunto ¿qué influencia han tenido las religiones en todo esto? ¿Acaso han dejado pensar, cuestionar, responder? Yo soy creyente, pero tengo una crisis de Fe en las instituciones. En otro momento explicaré mi visión de la Iglesia y las religiones en general, en el papel que han desarrollado en la historia de la humanidad que es la nuestra propia.
¿Alguno habéis leído que aprenden en el colegio nuestros hij@s, sobrin@s? ¿estais de acuerdo con ello? Pensad que son nuestro futuro, y en base a lo que aprendan y vivan actuarán. Serán sumisos ciudadanos de un mundo en el que les darán ayudas para y por todo sin enseñarles a sobrevivir, o serán arquitectos de un sistema vivo en continuo cambio que ellos mismos llevarán a cabo.
¿Os suena todo eso de algo? ¿No os parece aterradoramente familiar?
Así es como se dominan los pueblos. No les das opciones, solamente las que tu quieres que elijan, les educas para que no piensen, les das un estado de bienestar relativo para que se quejen lo justo, porque les muestras que existe una sociedad en la que todos somos tan iguales que para destacar tienes que ser mejor que otro. Ensalzas la competitividad. Después, los aislas unos de otros para que no entiendan que no están solos y tienen los mismos anhelos, sueños y pesares. Al final los vas humillando haciéndoles creer que no sirven para nada más que mano de obra en una sociedad que los tiene mareados y atrapados.
Claro que de todo esto ahora estamos en la versión 2.0, porque a lo largo de la historia se ha repetido una y otra vez, cultura tras cultura. ¿Han habido otros sistemas diferentes en los que el ser humano se ha sentido pleno? Por supuesto, y es por ello que debemos aprender de los errores, descubrir dónde están los fallos, subsanarlos y esperar que salgan otros.
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